Ha puesto en jaque a los gobiernos de medio mundo, sus seguidores y detractores empuñan las armas en la “ciberguerra” de la información mientras su fundador continúa en prisión. Ahora, además, a la polémica web le ha surgido competencia. Pero, al menos, cuando un usuario teclea “wikileaks.org” vuelve a tener respuesta.
La polémica web responsable de la filtración de cientos de cables diplomáticos estadounidenses ha recuperado su dominio después de que la empresa EveryDNS le retirase sus prestaciones.
El servicio proporcionado por esta empresa permitía acceder al sitio web de revelación de secretos tecleando “wikileaks.org” en lugar de su dirección de IP, compuesta por cuatro grupos de números.
Pero, de nuevo, al teclear en un navegador “wikileaks.org”, el dominio original del sitio de filtraciones vuelve a estar operativo. Aunque, de momento, tal dirección redirige al usuario a “mirror.wikileaks.info”. No obstante, se puede acceder a la página de inicio habitual a través de “www.wikileaks.ch”.
El pasado 3 de diciembre, WikiLeaks dijo a través de la red social Twitter que la empresa EveryDNS.net había anulado el dominio “wikileaks.org”.
EveryDNS justificó la medida por los masivos ataques informáticos que el sitio de Internet sufría desde que empezó a publicar estos cables diplomáticos. La empresa aseguró en su web que los ataques que WikiLeaks estaba sufriendo “amenazaban” la estabilidad de otros 550.000 sitios web.
Aunque esta no es la única compañía que ha decidido dejar de trabajar con WikiLeaks. Amazon Web Server también optó por expulsar de sus servidores al sitio web.
Clones
WikiLeaks, por su parte, ofreció instrucciones para que cualquiera con un servidor pudiera clonar la página. Desde entonces, estas copias de seguridad del sitio web, llamadas mirror (espejo), se cuentan por centenares.
El pasado 6 de diciembre ya había 507 réplicas con el objetivo, según WikiLeaks, de “hacer imposible” que el material que posee “sea retirado totalmente de Internet”.
Pero las mayores complicaciones llegan cuando es dinero lo que está en juego. En el caso de WikiLeaks, este no procede de ninguna institución, sino de donaciones recibidas a través de Internet.
El banco suizo PostFinance decidió cancelar la cuenta abierta por Julian Assange, fundador de WikiLeaks, para recibir estas donaciones.
Asimismo, Visa, Mastercard y PayPal negaron sus servicios a WikiLeaks, lo que en lugar de ahorrarles complicaciones convirtió a estas entidades en el blanco de la ira de los seguidores de Assange.
El grupo de activistas Anonymous le declaró la guerra a estas compañías y los ciberataques no se hicieron esperar.
Un manifiesto colgado por este grupo explica que las acciones tanto de Mastercard como de PayPal (que han cancelado las cuentas de WikiLeaks) están diseñadas para “castigar a WikiLeaks, con casi toda probabilidad en representación del gobierno de Estados Unidos”.
Anonymous señala que aunque las dos empresas han justificado su decisión porque WikiLeaks estaba involucrado en actividades ilegales, “son los tribunales quienes deciden lo que es ilegal y lo que no lo es”.
El grupo también dijo que “Mastercard acepta pagos que van al Ku Klux Klan”, pero que no los bloquea a pesar de que “en 1870, un jurado federal determinó que el KKK era una organización terrorista”.
Sin embargo, WikiLeaks asegura no tener relación con los ataques cibernéticos lanzados por los simpatizantes del sitio web para penalizar a quienes le han retirado sus servicios.
“Ese grupo no está afiliado a WikiLeaks. No ha habido contacto alguno entre personal de WikiLeaks y Anonymous. WikiLeaks no ha recibido notificación alguna de ninguna acción de Anonymous”, anunciaba WikiLeaks en un comunicado divulgado el pasado diez de diciembre.
“Ni condenamos ni aplaudimos estos ataques”, dijo el portavoz de WikiLeaks, Kristinn Hrafnsson, en un comunicado que aparece en la página web de la organización.
Mientras tanto, Julian Assange, el fundador del sitio web, cumplía prisión preventiva en el Reino Unido. Allí espera una posible extradición a Suecia, donde dos mujeres le acusan de delitos sexuales.
Competencia
Por si todo esto no fuera suficiente, además, a WikiLeaks le ha salido competencia. Algunos de sus antiguos colaboradores planean lanzar un sitio web alternativo llamado OpenLeaks.
La diferencia entre ambos radica en que el nuevo sitio no publicará abiertamente documentos secretos. Actuará como intermediario y facilitará informaciones a los medios o entidades que puedan estar interesados.
“La diferencia con Wikileaks es que nosotros no publicaremos nada en nuestra web, sino que nos basamos en una red informática segura en la que habrá un buzón muerto en el que poder dejar y tomar información”, explica en una entrevista en el Süddeutsche Zeitung Herberg Snorrason, uno de los creadores de OpenLeaks.
OpenLeaks contará con unos cinco socios hasta abril, fecha en la que terminará su fase de prueba. Pero su intención es ampliar el número a medida que pase el tiempo.
Los socios deberán pagar mensualmente entre 200 y 500 euros —247 y 580 dólares—, dependiendo de su capacidad financiera, y lo que se consiga servirá, junto con las posibles donaciones, para poder mantener es sitio web y pagar a los trabajadores, cuyos sueldos se harán públicos.
WikiLeaks ha sacado a la luz a lo largo de los últimos años documentos secretos de las guerras de Irak y Afganistán. Pero ha sido la publicación de los cables intercambiados por el Departamento de Estado estadounidense (el equivalente a su Ministerio de Asuntos Exteriores) y sus embajadas por todo el mundo lo que ha convertido a esta página en la responsable de la mayor filtración de documentos secretos de la historia.
“WikiLeaks es la reacción a los grandes fallos de los grandes medios”, afirmó la empresaria estadounidense Arianna Huffington, famosa por su blog Huffpost, en un simposio de expertos sobre la libertad de Internet celebrado en Nueva York.
En declaraciones recogidas por el diario español El Mundo, Huffington dijo que “podemos discutir su estrategia o el contenido de las filtraciones, pero lo que ha hecho WikiLeaks es volver a las barricadas, que es donde deberían estar los medios. Nuestro papel consiste en vigilar y no en proteger al gobierno”.
Algunos de los antiguos colaboradores de WikiLeaks se disponen a lanzar un sitio web alternativo. ‘La diferencia es que nosotros no publicaremos nada en nuestra web’, afirma Herberg Snorrason, uno de sus creadores.
Más de cinco centenares de copias de WikiLeaks circulan por la red para ‘hacer imposible’ que el material que posee ‘sea retirado totalmente de Internet.
Las empresas que como Mastercard, Visa o PayPal han decidido retirar sus servicios a WikiLeaks se han convertido en el blanco de las iras de los seguidores de Assange.
Fuente: http://www.abc.com.py/nota/wikileaks-recupera-su-dominio/